Estados Unidos quiere convertir la fase final de la Copa del Mundo 2026, que organiza conjuntamente con Canadá y México, en el mayor espectáculo deportivo del mundo. El sorteo para configurar los 12 grupos en los que se han encuadrado las 48 selecciones nacionales, el mayor número de participantes de la historia, ha sido digno de Hollywood. Nessun Dorma, la famosa aria de la Ópera Turandot, interpretada por Andrea Bocelli, ha abierto una gala en la que también han actuado Robbie Williams, Nicole Scherzinger, y la sorprendente Lauryn Hill, una de las mejores raperas de la historia. Los Village People, con su popular YMCA han cerrado el espectáculo.
Puede que Estados Unidos no sepa de fútbol [su selección no está entre las favoritas], pero sí que conoce el show business. Un negocio en el que Donald Trump se mueve como pez en el agua. El objetivo es que el fútbol seduzca definitivamente al país con el mayor mercado publicitario del mundo, donde más entradas y productos licenciados se venden. Están previstos 104 partidos, más que nunca, así que la FIFA espera que sea un torneo muy lucrativo con una audiencia de 2.000 millones de personas.
La fase final comienza el día 11 de junio cuando México y Sudáfrica se enfrenten en el Estadio Azteca, el estadio con más partidos inaugurales. El sorteo ha sido aparentemente benevolente para España, una de las favoritas, encuadrada en el grupo H, junto a Cabo Verde, Arabia Saudí y Uruguay. Los de Luis de La Fuente encaran la competición como claros favoritos, junto con Argentina, Inglaterra y Alemania. La FIFA celebrará este sábado el sorteo de las sedes y el calendario para ajustarse a las televisiones (18.00, hora peninsular española).
El último mundial de Lionel Messi, de Cristiano Ronaldo; el campeonato en el que deben brillar Kylian Mbappé, Erling Haaland, Vinicius Jr. o Vitinha, debe ser también el de la consagración definitiva de jugadores como Lamine Yamal o Doué. Eso, sí, competirán por la atención con una figura que amenaza con eclipsarlos a todos: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La selección de grupos ha tenido algunas peculiaridades: cada uno de los organizadores encabezarán uno de los 12 grupos, para lo que a priori les ha brindado un grupo más accesible. Además, los cuatro primeros clasificados del ranking FIFA, España, Argentina, Francia e Inglaterra, no podrán cruzarse entre sí hasta, al menos, semifinales. Las dos grandes favoritas, por ejemplo, España y Argentina, no pueden coincidir hasta la final. Además, no puede haber más de un país del mismo continente en cada grupo, excepto los combinados europeos, que podían coincidir dos como máximo.
Uno de los mejores momentos de la gala ha sido un video emitido en el que el actor Matthew McConaughey, gran aficionado al fútbol y propietario de un equipo de la MLS, y la actriz Salma Hayek animan al exfutbolista Rio Ferdinand para que sea uno de los conductores del sorteo, junto a la presentadora Samantha Johnson. La modelo Heidi Klum ha participado en la gala acompañada por el humorista estadounidense, Kevin Hart.
La FIFA y Trump
El afán de protagonismo del presidente de Estados Unidos, consentido por el líder de la FIFA, Gianni Infantino, como maestro de ceremonias, ha marcado la gala, celebrada en el Kennedy Center en la capital estadounidense, un gigantesco complejo artístico, a la que también han asistido el primer ministro de Canadá, Mark Carney y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, coanfitriones del Mundial.
Un Trump exultante ha recibido el nuevo premio “FIFA de la Paz” de manos de su íntimo amigo Infantino, un premio ideado expresamente para complacer al presidente estadounidense, quien había manifestado su antojo por ganar el Nobel de la Paz, que recayó en la opositora venezolana Maria Corina Machado. Antes de desvelar el nombre del ganador, todos los asistentes a la gala sabían que Trump recogería el premio, debido a su especial relación de amistad con el presidente de la FIFA y el empeño de este de agradar a su anfitrión por encima de otras consideraciones.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, entrega el premio FIFA de La Paz al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.Michael Regan - FIFA (FIFA via Getty Images)“Es uno de los grandes honores de mi vida. Hemos salvado miles y miles de vidas. Hemos puesto fin a tantas guerras en tantos lugares. El Mundial va a ser algo increíble. Hemos trabajado codo con codo los tres países para coordinarlo. Y quiero decir que nuestra relación es extraordinaria”, dijo Trump tras recibir el premio.
Las relaciones entre los tres países organizadores han sido tensas desde que Trump ocupa el Despacho Oval. Los tres líderes estaban sentados en el mismo palco, pero separados entre sí, evidenciando la distancia que los separa tras las amenazas del mandatario neoyorquino de anexionarse Canadá y el endurecimiento de las políticas migratorias con redadas y deportaciones. Pero el fútbol es capaz de descongelar, al menos durante un rato, los ánimos. “Estamos a tope. Creo que tenemos una reunión cuando termine el evento”, anticipó el mandatario republicano en la alfombra roja", dijo Trump en un tono claramente conciliador. “Es un gran honor. Esto ha sido un honor por muchas razones. En primer lugar, ya han vendido más entradas que cualquier otro evento, mucho antes del inicio del partido”, ha agregado Trump. Los tres líderes se sentaron juntos después de que Trump recibiera el premio.
El Mundial 2026 se celebrará conjuntamente en 11 ciudades estadounidenses, tres canadienses y dos mexicanas. Aunque hay dudas sobre la capacidad de Estados Unidos de organizar el campeonato por su obsesión por la seguridad y despreocupación de otros asuntos que afectan a los deportistas, no las hay sobre su fantástico sentido del espectáculo. La organización escogió a cuatro de las estrellas más rutilantes del mundo del deporte para que abrieran las bolas del sorteo: Tom Brady, uno de los mejores jugadores de fútbol americanos; el exjugador de la NBA Shaquille O´Neal; y las leyendas de la Liga de Hockey (NHL), Wayne Gretzky, y de béisbol (MBL), Aaron Judge, auténticos ídolos en su país.
Se espera que viajen a Estados Unidos alrededor de siete millones de visitantes. La FIFA espera obtener ingresos publicitarios récord en el Mundial más caro de la historia. Los precios de las entradas para los partidos se han duplicado y multiplicado por ocho en algunos casos. Las entradas para la final, por ejemplo, puede llegar a costar más de 6.700 dólares.

Hace 7 horas
1











English (US) ·