Pere Valls, profesor catalán en Estados Unidos: “Cuando llegué llamé al timbre de una urbanización para buscar piso y salió un vecino apuntándome con un fusil diciéndome que no podía entrar en su propiedad”

Hace 1 día 2

La ola de docentes catalanes que hacen las maletas para probar suerte en las aulas de Estados Unidos no se detiene. Gracias a los programas de intercambio del Ministerio de Educación, pueden vivir una experiencia vital en la que optan a mejores sueldos, programas de bilingüismo y descubrir otro sistema donde prevalecen, sobre todo, la competición, el talento y los resultados.

Uno de ellos es Pere Valls, de Blanes, maestro de primaria y especialista en educación especial, que lleva casi una década repartida entre Nevada y Texas. Desde hace tres años enseña en una escuela pública de Dallas, donde ha hecho de todo: matemáticas en inglés, español, ciencias… y hasta de entrenador de fútbol. “Aquí un maestro puede rondar los 5.000 dólares al mes, pero depende de los recursos de la escuela, y eso va en función de los resultados que obtengan los alumnos en los exámenes estatales”, resume.

De Blanes a Las Vegas pasando por Barcelona y Madrid

La trayectoria de Pere empieza cerca de casa. Estudió para maestro en la Universidad de Vic y se especializó en necesidades educativas especiales. Trabajó seis años en la escuela El Niu, un centro de educación especial junto al Park Güell, con alumnos en transición a la vida adulta. “Les enseñábamos rutinas y, cuando cumplían 20 años, les buscábamos un taller ocupacional para que pudieran trabajar y tirar adelante su vida”, recuerda.

Pere Valls

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Todo cambió con un anuncio en el periódico que promocionaba el programa de Profesorado Visitante del Ministerio de Educación para ir a enseñar a Estados Unidos. “Yo no era maestro de inglés ni mucho menos, mi nivel era bastante limitado, pero buscaban maestros de educación especial y mi perfil encajó”. Su primera parada fue en 2005 en Las Vegas, Nevada, donde estuvo dos años como maestro de educación especial en una escuela ordinaria.

No era maestro de inglés ni mucho menos, mi nivel era bastante limitado, pero buscaban maestros de educación especial y mi perfil acabó encajando

Pere Vallsprofesor en Estados Unidos

De vuelta a Blanes, trabajó casi tres años en el Ayuntamiento con el Plan Educativo de Entorno, dando apoyo a familias recién llegadas. Después vinieron unos cuantos años en Madrid, ya como maestro de inglés. Entremedio, obtuvo también la diplomatura de maestro de lengua extranjera. Hasta que decidió volver a Estados Unidos, esta vez a Reno, también en Nevada: “Allí estuve cuatro años enseñando en un programa bilingüe, 50% inglés y 50% español. Y también era el entrenador de fútbol de la escuela; cuando eres europeo te ven como si dominaras muchísimo y te tratan como a un ídolo; lo cierto es que conseguimos quedar segundos de la liga local”, relata.

Ahora, en Dallas, Pere está en tercero de primaria, impartiendo español, ciencias y sociales, después de dos cursos enseñando matemáticas en inglés. Y es aquí donde ve más claro el contraste con Cataluña. “Aquí básicamente forman a los alumnos para que sean muy potentes tanto en matemáticas como en la interpretación de textos”, explica. A partir de tercero de primaria, los niños deben pasar unos exámenes estatales que marcan buena parte del futuro de la escuela.

Reno es una ciudad del estado de Nevada situada en la frontera con California, en el este del país y con una población de 270.000 habitantes.

Reno es una ciudad del estado de Nevada situada en la frontera con California, en el este del país y con una población de 270.000 habitantes.

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Exámenes, recursos y desigualdades en las escuelas de primaria

Ahora, en Dallas, Pere está en tercero de primaria, impartiendo español, ciencias y sociales, después de dos cursos enseñando matemáticas en inglés. Y es aquí donde ve más claro el contraste con Cataluña. “Aquí básicamente forman a los alumnos para que sean muy potentes tanto en matemáticas como en la interpretación de textos”, explica. A partir de tercero de primaria, los niños deben pasar unos exámenes estatales que marcan buena parte del futuro de la escuela.

“Estas pruebas son muy importantes. Dependiendo de los resultados, las escuelas reciben más o menos ayudas económicas”, dice. Y añade una crítica que repite a menudo: “Si los resultados son buenos, tienes más ayudas; si son malos, tienes menos. Tendría que ser al revés. En mi caso, que estoy en una escuela con mucha población hispana, deberíamos recibir más apoyo económico para profesorado bilingüe, y si los resultados no son buenos, no lo recibimos. Es la pescadilla que se muerde la cola”, señala.

Dallas es una de las grandes metrópolis de Estados Unidos. Con más de siete millones de habitantes en el área metropolitana, cuenta con una importante industria tecnológica y es conocida como “La Silicon Valley de Texas”

Dallas es una de las grandes metrópolis de Estados Unidos. Con más de siete millones de habitantes en el área metropolitana, cuenta con una importante industria tecnológica y es conocida como “La Silicon Valley de Texas”

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“A partir de la middle y la high school, cada alumno se va especializando y hay muchas optativas”, explica. Y aquí entran los deportes como elemento central: “Las middle schools vienen a primaria a venderse: ‘Venid a mi escuela, tengo campo de fútbol, de baloncesto, de béisbol…’. Si eres bueno en algún deporte, tienes la carrera prácticamente pagada”, cuenta Valls, destacando cómo se valora el talento individual en Estados Unidos en comparación con Cataluña.

Lengua, inmigración y choque cultural

Para Pere Valls, cruzar el Atlántico se convirtió en un giro cultural de 180 grados. La falta de garantías laborales y la competitividad le impactaron. “Cuando estaba en Reno, en Nevada, sentía que la gran mayoría del claustro me hacía el vacío. Finalmente, decidí preguntar a un compañero si pasaba algo y su respuesta me dejó por los suelos: ‘Tenemos que vigilar porque gente como tú venís a robarnos el trabajo’”, confiesa.

La Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense protege el derecho de los ciudadanos norteamericanos a tener acceso a las armas desde 1789 para “protegerse”, una ley muy polémica que ha provocado infinitas tragedias en el país. Pues bien, Pere Valls tuvo su propia experiencia cuando un vecino de Reno le apuntó con un fusil. “Cuando llegué llamé al timbre de una urbanización para encontrar un piso de alquiler donde vivir y salió un vecino apuntándome con un fusil diciéndome que no podía entrar en su propiedad privada”, asegura.

Pere Valls

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Cuando llegué, llamé al timbre de una urbanización para encontrar un piso de alquiler donde vivir y salió un vecino apuntándome con un fusil.

Pere Vallsprofesor en Estados Unidos

Por otra parte, una de las cosas que más sorprende a Pere sobre la vida en Texas es el peso del castellano: “Aquí en Dallas, según donde vivas, el inglés no te hace falta para nada. Llames donde llames, siempre tienes la opción de español o inglés, y por comodidad acabas haciéndolo todo en español”.

Pero el estado donde trabaja y vive Pere también es el de la política polarizada y el miedo migratorio. “Texas es trumpista, trumpista”, dice sin rodeos. Recuerda, por ejemplo, cuando Donald Trump salió reelegido y, durante dos semanas, la escuela quedó al 50% del alumnado: “Muchas familias no llevaban a los niños porque tenían miedo de que viniera la policía a detenerlos. Desde la dirección tuvimos que enviar una carta recordando que por ley nadie podía llevarse a ninguna criatura de la escuela”, afirma.

Sueldos altos y mucha carga laboral

La parte económica ayuda a dar el salto. “Un maestro de primaria en Cataluña debe estar sobre los 1.700 o 1.800 euros al mes, quizá 1.900 con trienios”, calcula. En Dallas, la cifra cambia radicalmente: “Aquí, contando experiencia y el plus de bilingüismo, me muevo sobre los 5.000 dólares al mes, y hay meses que llegas a los 6.000”.

Ahora bien, advierte que también todo es más caro y que la presión es alta: “Si tu grupo tiene buenos resultados en los exámenes, te suben el sueldo; si no, no te lo tocan. Hay mucha meritocracia y también mucha radicalidad: si eres bueno, apuestan por ti; si eres malo, te pueden dejar perfectamente fuera de juego”.

Pere Valls

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En cambio, ve a Cataluña más enfocada en la mirada global sobre el alumno. “Nosotros somos más de ir a la idea. Allí, si un niño tiene necesidades, abrimos un plan de choque, nos reunimos con el psicólogo de la escuela, miramos qué está pasando… Aquí hay mucha burocracia y mucho papeleo, pero no siempre se sabe cómo actuar”, critica. Y reconoce que, en algunos momentos, ha sentido recelos hacia él por ser extranjero: “Algunos compañeros te dicen claramente que vienes de fuera a quitarles el trabajo. Yo siempre les respondo lo mismo: yo hablo tres lenguas y tú solo una”.

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