Todavía hay que tomarse con precaución los resultados de las elecciones presidenciales en Honduras, pero dos cosas parecen claras cuando se lleva escrutado algo más del 78% de los votos: el batacazo de la candidata oficialista, Rixi Moncada, con apenas un 19,02%, lo que supone una bofetada a la presidencia de izquierdas de Xiomara Castro, y que el efecto Trump no siempre es garantía de victoria electoral.
Si el escrutinio preliminar inicial situaba en cabeza por un ligero margen a Nasry Asfura, exalcalde de Tegucigalpa y el candidato de la derecha que recibió el apoyo de Donald Trump al final de la semana pasada, la reanudación del recuento tras casi un día interrumpido por fallos técnicos, significó un vuelco a favor de Salvador Nasralla, el popular presentador de televisión que representa a la derecha moderada del Partido Liberal de Honduras (PLH). Al 78,58% del escrutinio, Nasralla sumaba el 40,31% y contaba con una ventaja de poco más de 18.000 votos sobre Asfura, que llegaba al 39,59%.
Seguidores del Partido Liberal aguardan el escrutinio, que encabeza su líder, Salvador Nasralla
Moises Castillo / Ap-LaPresseTrump intervino de manera incisiva en el fin de semana electoral hondureño. Tras una primera intervención avalando a Nasry ‘Tito’ Asfura, del Partido Nacional, la víspera de las elecciones amenazó con retirar la ayuda de Estados Unidos al país centroamericano si su candidato no era el ganador, además de prometer la liberación del expresidente Juan Orlando Hernández, a quien la Organización de Estados Americanos (OEA) acusó de fraude en su reelección de 2017, y que estaba encarcelado en Estados Unidos cumpliendo una condena de 45 años de cárcel por narcotráfico.
Donald Trump ni siquiera ha esperado a los resultados definitivos y ya este martes, cuando el escrutinio estaba detenido momentáneamente, dio por seguro el triunfo de Asfura porque si no se habría cometido fraude electoral.
Trump ni siquiera ha esperado a los resultados definitivos, ha liberado al expresidente Juan Orlando Hernández y considerará un fraude cualquier resultado que no sea la victoria de Asfura
Ninguno de los tres candidatos principales hondureños, pese a que habían expresado dudas de la limpieza del proceso antes de que se abrieran las urnas, ha formulado semejante denuncia tras tres días de espera de los resultados. La democracia del país centroamericano se está demostrando sólida de momento, algo que no estaba claro antes de los comicios.
Pero el presidente de Estados Unidos sí se apresuró a perdonar y dejar libre a Hernández, de quien en estos momentos se ignora su paradero tras salir de prisión y del que no se sabe si tiene intención de volver o no a Honduras, donde todavía tiene procesos judiciales pendientes.
Juan Orlando Hernández es de la misma formación política que Asfura y fue el primer presidente tras el golpe militar que derrocó a Manuel Zelaya, esposo de Xiomara Castro, un movimiento que sumió a Honduras en una década de recorte de libertades y que se resumió en el pucherazo de Hernández en 2017, cuando la OEA instó -sin éxito- a repetir las elecciones por falta de transparencia. El rival perjudicado en aquellos comicios fue, precisamente, Salvador Nasralla.
Más que las amenazas de Trump, la prensa de Honduras destaca que los electores se han guiado por un ánimo de castigar al oficialismo. La exministra Rixi Moncada se deja más de un millón de votos de los que consiguió recabar Xiomara Castro. El nepotismo del matrimonio Zelaya-Castro, que han colocado muchos familiares en altos cargos, y los casos de corrupción, como los contactos no esclarecidos del cuñado de la presidenta con narcotraficantes, han barrido el proyecto de regeneración democrática que abanderaba Castro con Libertad y Refundación (Libre).
Los nacionales de Asfura sí que tendrán una mayoría simple en el parlamento, con 50 de los 128 diputados. Los liberales ocuparán 40 bancadas y Libre se queda en 34, con una pérdida de 16 representantes.
Nasralla, que ocupó la vicepresidencia durante el primer año del mandato de Castro, está cimentando su éxito electoral en los núcleos urbanos. Pese a que la capital se ha decantado por su exalcalde Asfura, la ciudad más poblada, San Pedro Sula, ha dado una abrumadora mayoría al aspirante liberal. Aún es pronto para que Nasralla pueda proclamar su victoria. Tanto como para saber cuál va ser la actitud de Trump si se acaba confirmando.

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