La Copa es el último reducto del fútbol modesto para arañar protagonismo a los más poderosos. A partido único y en el estadio del más débil, los conjuntos de Primera llevan años sufriendo ante conjuntos con poco pedigrí que se sobreponen a base de ilusión. A veces, incluso, sus campos se convierten en el epicentro de días históricos como ocurrió este miércoles en O Couto, donde el Girona firmó un triste epílogo copero al ser apeado ante el Ourense (2-1). En cambio, el Reus no pudo hacer la machada ante la Real Sociedad (0-2).
Estaba avisado el conjunto de Míchel. Pese al cartel de víctima propicia, el cuadro de Primera Federación llegaba al duelo con unas credenciales notables, derrotado una vez desde septiembre y campeón de la Copa Federación. El Oviedo, su víctima en la primera ronda, ya sufrió el peligro orensano.
El Girona no atendió los avisos, tampoco los de su técnico en la previa, y en el primer minuto pecó de falta de concentración. Sacaron un córner los gallegos y Yuste, libre de marca tras deshacerse de Roca, marcó de cabeza. Gazzaniga despejó tarde, cuando el balón ya había rebasado la línea de gol.
El Ourense no se echó atrás, sino que planteó un partido de igual a igual. Un escenario que propició alternancias en la posesión, pero demasiado condicionado por un terreno de juego en mal estado. El balón saltaba como un conejo entre los muchos surcos del verde. Los catalanes, con Papa, Lass y Sarasa del filial como principales novedades, fueron ganando peso de forma paulatina en la primera parte. Joel Roca, el más activo, falló una primera ocasión con un remate cerca del palo y después protagonizó un buena jugada individual que acabó en penalti de Yuste. Los protagonistas del primer gol local invirtieron sus papeles. Alberto Sánchez detuvo la pena máxima a Asprilla, pero Abel Ruiz, el más rápido en el rechace, concedió otra ocasión al colombiano, que a la segunda no perdonó a puerta vacía. Abel Ruiz, clave en el gol, se marchó entre lágrimas minutos después al sufrir la enésima lesión muscular.
Tenía controlada la situación el equipo blanc-i-vermell hasta que al inicio de la segunda parte el Ourense, más ambicioso, dio un paso adelante. Volvió el peor Girona del inicio de la temporada, endeble en defensa y poco intenso, y concedió otro gol imperdonable. Yuste le rebañó el balón a Arasa, Gazzaniga negó el gol a Aranzabe y Ouhdadi marcó a placer tras cazar el rechace. Lo peor no fue el gol, sino que en más de 20 minutos por jugar los de Míchel firmaron pocas ocasiones, la más clara un balón al palo de Tsygankov en la última jugada. Estuvo más cerca el tercero de un matagigantes Ourense. Tras varias semanas de mejora, el Girona retrocedió a la casilla de inicio, de nuevo eliminado en segunda ronda como el año pasado.
Por su parte, el Reus plantó cara en casa a una Real Sociedad que se adelantó al inicio de la segunda parte con un gol de Goti. Pol Fernández acarició la prórroga con un chut al palo en el 79, pero Sadiq enterró de penalti el sueño reusense en el añadido.

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