Y al vigésimo día, el Barcelona resurgió. El Atlético, como ya sucedió la temporada pasada, saca a relucir la mejor versión del equipo blaugrana. Entonces, el 21 de diciembre del 2024, los de Simeone ganaron en Montjuïc pero aquel día el Barça jugó un gran fútbol y entendió pese a la derrota que estaba llamado a hacer grandes cosas. El martes los de Flick hicieron su mejor partido del curso y se sacudieron las dudas. Volvieron a enseñar que al completo (y eso que aún no están todos) son temibles. No es casual que en el once coincidiesen por primera vez desde septiembre Raphinha, Pedri y Joan Garcia.
Los griegos tenían tres estilos de columnas en la arquitectura clásica: dórica, jónica y corintia. La nueva columna del Barça es una compuesto, una mezcla: sólida en la base con el portero, esbelta y refinada en el fuste con el centrocampista canario y ornamental y dinámica en ataque con la variedad de registros del brasileño.
La importancia
El brasileño arrastra a las masas, el canario hace levitar el juego del equipo y el catalán lo ha entendido todo en poco tiempo
No son canteranos pero ellos tres dan seguridad al equipo, son troncales para el técnico y gozan de la reputación de los aficionados y el respeto de los rivales. Es difícil que el plan de Flick no se lleve bien a cabo cuando se juntan.
No solo es que esté cómodo y totalmente convencido de su potencial y sus posibilidades, es que el Barça fluye de verdad. Pedri y Raphinha se asociaron en primera persona para hacer el 1-1. Pero ellos elevan al grupo, ponen su calidad, sabiduría y esfuerzo al servicio del colectivo. La jugada del 2-1 es una obra de orfebrería, una faena minuciosa y una obra detallista de 70 segundos. Desde que Raphinha pone la pelota en juego con un saque de banda hasta que Dani Olmo remata a la red, ningún futbolista del Atlético puede hacerse con la pelota mientras los del Barcelona se la pasan 27 veces entre ellos. Participan los once futbolistas en una posesión en la que la pelota va y viene para marear a la defensa. En este caso, Pedri es el que decide ser vertical y encontrar a Olmo, que hace la pared con Lewandowski y marca.
Un gran rondo
La jugada del 2-1 es una obra de orfebrería, de 70 segundos, con 27 pases y en la que intervienen los once futbolistas
El canario, que reapareció frente al Alavés tras estar ausente en cinco encuentros, falló cuatro pases de los 64 que dio, siempre salió airoso en sus tres regates y recuperó 8 pelotas. Jugó hasta que no pudo más. Hasta que pidió el cambio fue el dueño del partido.
A diferencia de Pedri, que ha sido un fijo desde el primer día, con Koeman, Xavi y Flick, Raphinha no lo ha tenido fácil. Incluso después de la pasada campaña, con 34 goles y 26 asistencias, muchos culés pensaron que no volvería a tener un rendimiento así nunca. Sin embargo, su baja ha pesado como una losa. Ahora ya es sabido por todos que el brasileño no es flor de un día porque su influencia es asombrosa ya que arrastra a las masas y sus compañeros. Raphinha aportó un gol (no marcaba desde el 14 de septiembre) e infinidad de presiones empezadas porque le encanta ser así de “pesado”.
Presente y futuro
El delantero cumple 29 años en diez días, el centrocampista tiene 23 y el portero ha llegado con 24: todos en una edad madura
En el 2025, el Barça solo ha perdido tres encuentros en los que Raphinha haya sido titular: la vuelta de los cuartos de final de la Champions en Dortmund, la vuelta de las semifinales europeas en Milán contra el Inter (en la prórroga) y el intrascendente partido en Montjuïc frente al Villarreal cuando el Barça ya era campeón.
En 10 días cumple 29 años. Está en edad de merecer, en plenitud. Como Pedri, con 23, que está en su sexto curso en la élite. Joan Garcia llegó al Barça con 24 años por 25 millones pero sus paradas de reflejos y su lectura en las salidas le han convertido en estructural desde el principio. “Creo que fue la decisión adecuada ficharlo, va a ser muy importante en los próximos años”, le regala Flick. Los tres son pilares para construir y levantar el resto de la temporada.

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