Las obras de Belate, el puerto de los cuervos, cercan a María Chivite

Hace 2 días 1

La segunda legislatura de la socialista María Chivite al frente del Gobierno de Navarra discurría sin grandes tensiones, hasta que la pasada primavera estalló el caso Cerdán. Apoyada por un Gobierno que incluye a consejeros de Geroa Bai (coalición vasquista que incluye al PNV) y Contigo/Zurekin, y con EH Bildu ofreciendo estabilidad parlamentaria al Ejecutivo, la presidenta foral ni siquiera podía imaginar que la estabilidad de la que ha gozado en los últimos seis años se podía ver comprometida por la caída en desgracia de uno de sus más estrechos colaboradores.

“No está siendo un día fácil para mí. Lo que he leído no se corresponde con la persona con la que yo he compartido mi carrera política, que es mi compañero de partido y amigo”, acertó a decir el pasado 12 de junio, una vez que el caso estalló. Mientras pronunciaba estas palabras, la líder socialista rompía a llorar. Seis meses después, los estragos del caso Cerdán continúan marcando la agenda de la presidenta navarra.

Una obra para Servinabar

Ahora, el foco está puesto en las obras para duplicar los túneles de Belate, el puerto que separa las suaves pendientes del valle de la Ultzama del idílico y montañoso valle de Baztan. Belate, el puerto de los cuervos, en euskera, es la adjudicación más onerosa (62,8 millones) que se llevó Servinabar, la empresa de Antxon Alonso y Santos Cerdán, en este caso funcionando como UTE junto a Acciona y Osés Construcciones.

La adjudicación se cerró en 2024, aunque ya en 2019 el Ministerio de Fomento “se comprometió a respaldar la decisión adoptada por el Gobierno navarro para duplicar los túneles”. Después, en octubre de 2024, el Consejo de Ministros aprobó una subvención de 40 millones para esta obra.

La UCO pidió hace unas semanas que la obra se incorpore a la investigación que el Tribunal Supremo lleva a cabo sobre el caso Cerdán. No obstante, el Parlamento de Navarra investiga desde el mes de octubre esta adjudicación a través de una comisión de investigación.

De momento, el punto más comprometido detectado por la investigación tiene que ver con un sobrecoste injustificado de 8,5 millones de euros que el Gobierno de Navarra aprobó. En concreto, este sobrecoste fue aprobado por el consejero de Cohesión Territorial del Ejecutivo, Óscar Chivite, familiar de la presidenta, quien ha defendido que esa ampliación de fondos se determinó desde el propio Ejecutivo.

Técnicos del Gobierno de Navarra han desmentido este extremo, y la Intervención General del Gobierno navarro ha ordenado paralizar el pago de esos 8,5 millones de euros, al señalar que al menos 6 millones no han sido debidamente justificados.

Los socios piden explicaciones

Los socios del PSOE en el Gobierno de Navarra, Geroa Bai y Contigo/Zurekin, han pedido a la presidenta explicaciones al respecto. También lo ha hecho EH Bildu, apoyo externo del Ejecutivo. De momento, María Chivite ha entregado la cabeza del director general de Obras Públicas, Pedro López, número dos del Departamento, y ha anunciado medidas para “mejorar” la gestión de las obras, que tras la salida de Servinabar realizan Acciona y Osés.

Con este movimiento, Chivite ha conseguido templar los ánimos entre sus socios. En todo caso, está por ver que las obras de Belate no deparen más problemas para la presidenta navarra.

No en vano, la adjudicación de las obras estuvo salpicada por la polémica desde el primer momento. Tres de los ocho miembros de la mesa de contratación, incluidos el secretario y el interventor, emitieron sendos votos particulares oponiéndose a la adjudicación, y la oposición se ha mostrado muy crítica por el papel jugado por el presidente de la mesa, un funcionario de 73 años que siguió en el puesto gracias a tres prórrogas especiales que le permitieron esquivar la jubilación.

Leer el artículo completo